sábado, 12 de junio de 2010

Burocracia




Analisis del libro "La cultura del nuevo capitalismo", Richard Sennet, 2006.

Al comienzo de la revolución industrial, en Gran Bretaña y Norte América, las compañías sufrían el desmoronamiento de sus sociedades.
En el lapso de cien años de 1860 a 1970, aprendieron a forjar grandes burocracias que les dieran estabilidad suficiente para perdurar en el tiempo. Primitivamente, la manera más efectiva que encontraron los directivos eran los modelos militares de organización, tal y como aplicaba el ejército alemán de Otto von Bismark evitando así la revolución. Este modelo pensaba que independientemente de la pobreza de un individuo, era más improbable que se revelara si se consideraba socialmente reconocido que si no encontraba sentido a su posición en la sociedad.
En el siglo XX los trabajadores se sumaron al proceso de planificación estratégica; sus sociedades de crédito inmobiliario y sus sindicatos tendían por igual a estabilizar y garantizar la posición de los trabajadores.
Lo que los mercados de valores desequilibraban, lo volvían a recomponer con la burocracia.

Más tarde, esta misma idea de militarización de las organizaciones se extiende a los gobiernos y a la sociedad civil, ordenando las instituciones y consiguiendo que las escuelas fueran cada vez mas uniformes.

Sin embargo, en la nueva página del capitalismo, esta idea de planificación a largo plazo ha desaparecido. “La militarización del tiempo social se está desintegrando”.

El autor justifica esta tesis en que la idea de empleo de por vida ha finalizado y en que las redes de asistencia y seguridad social gubernamental son ahora más cortas y mas imprevisibles.
El debate sobre el tiempo institucionalizado, según el autor, es un debate sobre cultura, pero también sobre economía y política. Para justificarlo, realiza a principios de los años noventa, una serie de entrevistas a trabajadores de compañías informáticas de éxito.

De estas entrevistas, obtuvo la idea de que para muchos de los trabajadores de aquel momento incluso para banqueros, la idea del éxito personal y del enriquecimiento a corto plazo, generaba una enorme tolerancia al fracaso. Pero cuando exploto la burbuja de las puntocom, muchos de estos trabajadores, empezaron a sentirse solos al no encontrar los apoyos mediante los cuales llevaban viviendo tantos años, para el autor era como el maquinista cuyo oficio ha desaparecido, pero para oponernos a esta perspectiva de la deriva en el aislamiento, el autor enmarca la diferencia entre lo nuevo y lo viejo.
Durante años, el capitalismo generaba empresas con estructura piramidal y orden militar, de manera que cuanto más arriba avanzamos en la cadena de mando, menos personas hay en el control. Cada cargo de la pirámide tiene sus funciones perfectamente definidas, en este modelo el que da un paso fuera de la línea es castigado.
Para Adam Smith, el modelo liberal funciona en base a que uno prospera si hace más de lo que se espera.
Este tipo de organizaciones generaban lo que el autor llamaba jaulas de hierro, ya que, en ellas convivían numerosos trabajadores que encontrándose en continuo malestar con la organización mantenían su fidelidad constante.

Cada uno se identificaba con las pequeñas cosas que negociaban a la hora de realizar sus funciones, y que para ellos daba sentido a su existencia en la empresa. El autor realizó un análisis en diferentes instituciones tales como los hospitales públicos de Nueva York, en los que pudo observar con mayor énfasis lo descrito anteriormente.
Enfermeras que, pudiendo ejercer las mismas funciones en hospitales privados de mayor prestigio y con mayores salarios, mantenían su fidelidad a estas instituciones por pequeñas mediaciones en las que ellas se sentían útiles, e imprescindibles.

Su conclusión fue que las estructuras burocráticas permiten interpretar el poder y dar sentido en la práctica. Así, hasta en las instituciones menos funcionales, los individuos se sienten importantes y encuentran un sentido a sus funciones.

Pero la morelaja de este razonamiento es, que este tipo de organizaciones genera empleados que carecen de espiritu de equipo, y que además muestran una baja lealtad hacia la institución, mermando las posibilidades de esta a la hora de competir.

Las empresas de hoy deben flexibilizar su burocracia y evitar que se produzcan "jaulas de hierro" que encierren a sus empeados, evitando asi que fluya el conocimiento de la compañía.

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